jueves, 20 de octubre de 2011

UN CABARET PARA POCOS



Varias sillas, mesas redondas y brillantes dejaban a la imaginación  del espectador todo tipo de pensamiento frente a lo que sería  un verdadero cabaret nocturno, reflejando a la vez el escenario completo del show  que mostraría Casa Ensamble, Martini blues cabaret.

La gente comenzaba a llegar, pero  a medida que se iban sentando uno por uno, sobresalían las edades maduras. Pocos jóvenes  apreciaron este tipo de obras musicales, lo cual llevaba a cuestionar el interes cultural  que genera este tipo de espectáculo en la juventud, la cual prefieren  temas sencillos, superficiales y  efímeros  dados por las franjas televisivas nacionales. Pero  el vacío dejado por los jovenes  fue llenado insipientemente  por la espectativa de  señores entrados en años  quienes esperaban ver las curvas voluptuosas de  Natalia Bedoya.

El centro del escenario comenzaba a tener vida propia, parecía una pista en donde la mezcla   de armonía, con estilo,  aumentaba cada vez más, era  como un  imán buscando la atracción  de seres complejos  que en su mayoría  iban buscando la desnudes más no  el arte. El escenario  se inyecto de pasión  por la música  de los interpretes  quienes  en ese momento  poco les importaba el público,  ya que ellos tocaban sus instrumentos  como si fueran  amantes experimentados.

La música  comenzaba a caer, se presumía la calma  mientras  viejos caballeros torpemente se lanzaban  para ganar una de las primeras sillas, aquellos lugares en donde   Natalia Bedoya y su acompañante  derramarían  toda la pasión del cabaret  sobre aquellos cuerpos añejos  que seguirían soñando  con tenerlas .

Aparece  de la nada  la fuerza de una  glamurosa y misteriosa mujer  en la culminación de  unas largas escaleras; Esta mujer  evoca  los años  cuarenta  e introduce  con su fuerte voz ¡Señoras y señores bienvenidos  a Martin blues cabaret!.

El misterio se apodero del lugar. Algunos esperaban la actuación de Natalia bedoya,  otros, simplemente  querían escuchar  la música, mientras los turistas capitalinos, quienes  no sabían nada del cabaret  simplemente observan boquiabiertos a las curvas que se deslizaban de un lado a otro. Esta mujer glamurosa  acabo su momento de fama  subiendo las escaleras  invitando  a un espectáculo sin fin. Los espectadores esperan en silencio  mientras Natalia Bedoya con una voz seductora  ponía la piel de gallina de cada  uno  de los asistentes.

 Esta voz  salió de una puerta  escondida  que no  era vista por muchos, una voz  que no paraba, seguía  cantando, y era  ahí cuando las venas del cuello se brotaban como si estuviera inyectada de una droga de fuerza que mataba  a la gente. Los oídos de los espectadores se inundaron de esa droga cuando Frank Sinatra  salió de la voz de  Natalia Bedoya. Se veía la facilidad que ella tenía al seguir con la misma  entonación  sin perder la voz, sin respiro alguna cuando subía y bajaba  las escaleras del cabaret,  igual hacia su majestuoso esfuerzo para que se viera la preparación intacta no solo en el escenario musical sino  en lo que era su    actuación  como  cantante.

Por otro lado, los hombres  que apenas estaban conociendo el invierno de sus vidas, es decir, en los tempranos cuarenta- cincuenta,  no dejaban de asombrase ante la voz de esta mujer  que los envolvía en un remolino  cuyo estado final  era el clímax   interrumpido por los ojos inquisidores de sus compañeras  quienes los obligaban a dirigir su mirada a las alitas de pollo   que  estaban en la mesa. Sin embargo,  sus corazones los delataban   y sus ojos reflejaban  la alegría infantil  que produce el recuerdo  de la felicidad. Esta reacción es contraria a la que se creía.

Los asistentes  a este tipo de espectáculos  van  más allá que a la simple contemplación de la joven cantante- actriz, la cual se movía  como una serpiente de un lado a otro.
Los verdaderos espectadores del cabaret  lo vivían  y se comprometían con el espectáculo, razón suficiente  para justificar la ausencia de jóvenes   quienes en la actualidad  serán reconocidos por su falta de compromiso

Cambio de luces. Cambio de música. El tango comenzaba su show, pero antes de eso el jazz seguía en su mayor esplendor; del  cielo bajaba una mujer  acróbata en tela   deslizándose hacia la pista central.  Sus movimientos  y su cuerpo  escultural comenzaron a deslizarse por algunas mesas haciendo sentir  a algunos caballeros el alma de lo que era revolcar el espíritu de un cabaret. Todos estaban emocionados por esta mujer, al punto  de  cerrar sus ojos   y  sentir su silueta en el aire perfumado por las  notas de los instrumentos. Pero este sueño pasajero  se profundizo con el tango que  no se hizo esperar,   con su tema  principal, el amor y la muerte.

 La mezcla de los cuerpos armónicos  mostraban la atracción, suavidad y maestría con la que se debía bailar  la música del amor y del desamor , una maestría contemplativa que requería de esfuerzo , estudio y experiencia  de movimientos lentos y sublimes los cuales  eran entendidos   por hombres y mujeres curtidos en los avatares de la vida. 

Muy pocos jóvenes entienden esto, para ellos la ilusión  termina con el “perrea mami perrea” palabras impensadas para un ambiente  sublime, elegante y lujurioso como  el del  cabaret de casa ensamble.

Los espectadores no querían que se esfumara ese momento ya que sentían  en sus venas ese sabor de vino robusto  que producía el tango, las mujeres querían ser esa mujer  y los hombres querían ser ese hombre, esa pareja que bailaba  al compa de viejas canciones de Carlos Gardel.

Fue tan grande  ese sabor a tango  que algunos entusiastas  invitaron a la pareja  a bailar  al lado de sus mesas, otros, seguían observando   mientras sus sentidos  se adormecían  en medio de  la bruma del lugar;  y fue ahí cuando  de  un momento  a otro  el ensueño  y la fantasía del cabaret se estaban haciendo  realidad. Se acercaban al escenario  cada una de las personas que tenían algún papel en la obra  y  como si  fuera una  suave caricia para despertar  al publico hacían entender  que el espectáculo había culminado , que ya no habría más música , que no habría mas vozarrón , que no habría mas show en donde la mujer se convertía en  una muñeca  y  que no habrían más  canciones de Frank Sinatra o Ella Fitzgerald.

El tiempo de  espera no fue en vano las felicitaciones no se  hicieron esperar, los aplausos se fueron agotando, las  manos agotadas se fueron cayendo y las felicitaciones  emergieron de las gargantas de los pocos espectadores  quienes  se entregaron  completamente el show.  El cabaret cerró sus puertas  y el público salió  a la calle  en donde la  juventud  rampante  continua escuchando  este es el “negocio socio”.

JULIANA REYES SU PASIÓN ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE EN MARTIN BLUES CABARET


La dramaturga Juliana Reyes presenta su  obra contemporanea  Martin Blues Cabaret donde la sensuclidad y temas  como la muerte, el amor,  el desamor no se hacen esperar.
¿Cómo definiría la  obra  Martin blues cabaret?
 Simple, la definiría como  la obra  musical que envuelve al espectador  a lo que conocemos  de blues  y jazz,  inyectando suavidad, pasión  y atracción por la vida y por la muerte
¿Que tiene para decirle a la gente que no le gusta este tipo  de género  musical?
Es muy  fácil decir, pero es difícil que se involucren y mas por los nuevos géneros que hay  como  el  pop o reggaetón, simplemente que se avecinen   a un espacio que no tiene fin, en donde el cuerpo  es el actor  porque deja involucrarse por cada uno de los  ritmos  llevándolo a  un buen compas y movimiento  dado por  lo  que el oído  aprende a escuchar   ya que todo  no  siempre va a tener teatro lineal.
¿Cuál es la escena que mas le apasiona durante la obra de   hora y 45 minutos?
Cada una de las escenas me encantan  porque  desde un principio  se mostro  esfuerzo por un proyecto que queríamos que saliera  adelante,  pero   creo que en  un país conservador a mi parecer  las escenas de  desnudes presentan  el mayor esplendor no solo  del artista sino  del director , el erotismo  de una mujer  con curvas  es esplendor de un arte  sensual  lo que le brinda al  espectador y más al público  colombiano   la flor que no se ha abierto  en su totalidad.
¿Usted prefiere el amor o la muerte?
Algunos mueren por amor, otros aman  por morir y no sufrir, te lo dejo a tu imaginación.
¿Cree  que la obra musical lleno las expectativas del público?
A mi parecer si,  aunque   vemos totalmente que es un obra que no gusta mucho  de los  jóvenes , es el verdadero arte contemporáneo  que mezcla música  de años con la pasión y temas de la actualidad , mostrándole al publico   un escenario y ambiente de los años  en donde ellos eran jóvenes  abiertos  sin mente , y con mucha pasión por la música.
¿Cree que la diferencia de perspectiva  del público  nacional es diferente a la perspectiva que tiene  el público  internacional en cuanto a  géneros musicales como el jazz?
No hay diferencia , hay  que reconocer que  Colombia   ha avanzado  en materia de cultura, ya que desde el momento en el  espectador colombiano   se involucra  con el   espacio   artístico   la perspectiva es igual, aunque   es de  gran facilidad recalcar  que  en países ya sean americanos o europeos  el público  como  tal está acostumbrado  a asistir a  estos eventos sin ninguna pretensión , ya que la diferencias   de cultura a pesar de todo  son grandes, y  los temas   acá son algunas veces más reservados que en otros lugares
¿Qué genero le gustaría mostrar   a parte del jazz?
La música es  el arte y el movimiento  de ideales que a veces son inequívocas  y son cerradas para   una sociedad
Esto quiere decir que para el arte  y el teatro no importa la música, lo importante es el espacio, el tiempo  en donde se involucra  al espectador, el tema  y ante todo   y lo más importante es formar un público fiel al teatro   para que atraiga a la gente que no  gusta por este estilo  de vida.
 ¿Cree que sus reconocimientos  hacen que el público  se sienta atraído  por lo  que usted hace?
Mas que reconocimiento  es  el límite que le he puesto  a lo  que yo   considero  que es buen teatro  (NADA DE LIMITES), ya que todo  se da por la motivación y la innovación  con la que yo he realizado  mis obras de teatro. Estos dos factores son el punto clave para que  tenga éxito mis obras

DROGAS, SEXO Y ROCK 'N' ROLL SIN PUDOR


Esta celebridad americana dio a conocer sin tapujo alguno  temas en donde el pusor y por la razon y el cuerpo quedaron atras Bob Dylan  una gran celebridad.


    ¿Por qué electrifico  el folk  en una época tan difícil  como la que estaba en ese momento estados unidos?


Bob Dylan: Esta decisión la tome porque quería romper los esquemas que tenia la música folk tradicional, me pareció interesante poder combinar el sentimiento folk de protesta con instrumentos de mucho más peso. La batería, el bajo, la guitarra eléctrica y el fender rhodes también pueden ser tocados por artistas de folk.


La idea principalmente también fue responderle a un público que estaba amarrado a solo una idea del folk. La Música del occidente ha pasado por muchos cambios, pero creo que como el blues y el country, el folk necesitaba de una manera gritar más fuerte y creo que lo conseguí.

          
        ¿Qué tipo de droga  intercambio   con los Beatles?
Bob Dylan: Mi encuentro con los Beatles en New York fue algo que en mi opinión nos marco a todos como músicos. John, Paul, George y Ringo estaban acostumbrados a consumir LSD, yo por mi parte fumaba mucha marihuana, así que les ofrecí probar esa maravillosa droga. Y estoy casi seguro que eso los ayudo a mantenerse más estables en las giras y por supuesto componer discos que marcarían la historia del rock.


         ¿Like a rolling Stones fue para una mujer  o para una sociedad?


 Bob Dylan: Like a rolling stone, es la canción con la que abrí un nuevo camino en mi vida, esto nació de un crossroads. Igual que Robert Johnson así es. La idea que todos tienen es que esta canción habla de alguna mujer, pero la verdad escribí la letra pensando en esta sociedad tan cambiante. En una sociedad que solía ser más fuerte, que solía asustarme... pero que ha decaído tanto que me río más fuerte de ella cada día.
 
         ¿Por qué coco  chanel  le afecto tanto   en su vida amorosa?


Bob Dylan: Solo puedo decir que hay mujeres que tienen colmillos en sus vaginas. Esto pasó con COCO, yo no sabía que los tenía y se llevo toda mi dignidad. La amé, pero vomite tanto dolor que mis discos se llenaron de odio, perdí mi tiempo grabando discos para ella.


       ¿Qué le parece la música  que  esta realizando  su hijo  Jakob Dylan   en    este  momento?


Bob Dylan:  Creo que hablar de folk en este nuevo siglo donde los sonidos se han vuelto tan electrónicos, y ya que las maquinas puede reproducir cualquier sonido para producir música. Jakob se ha esforzado mucho por respetar el folk, y por otro lado, mi apellido no ha sido manchado como el de otros que tuvieron hijos que no respetaron el legado musical de familia. Estoy orgulloso de él, ya que no se ha vendido a las disqueras y creo que encontrar músicos así en esta época es muy difícil.
         ¿Le vendió  su alma  al diablo?


Bob Dylan: Robert Johnson lo hizo, yo tuve un Crossroads pero prefiero dejarlo ahí, que sus cabezas trabajen.


        ¿Por qué escogió  su voz y  su  guitarra  para defender la democracia  en  los años 60?
Bob Dylan:  No necesitaba más, crecí con muchos acetatos de Mississippi. El blues originalmente era guitarra y voz, y decía mucho más de lo que puede decir una big band. Yo tome eso de ejemplo, tenía algunas cosas que decir y unos acordes simples para acompañar. Los derechos humanos estaban siendo ignorados, una sociedad intolerante necesita una voz, y yo encontré la fuerza de ella en muy poco tiempo.


         ¿Cuál de sus canciones  significa más  para usted?


Bob Dylan:  Me es difícil escoger una canción que signifique más que otra después de 34 albums que llevo en mi trayectoria. Pero definitivamente Like a rolling stone ha sido una canción que con el tiempo significo algo más, no solo para mí, sino para el mundo entero. Y la experiencia que tuve grabando este track, marcó mi vida, desnudé mi alma en el estudio y eso dice mucho.


         ¿Qué es un Rolling Stones?

Bob Dylan:  Un rolling stone, es alguien que rueda, puede ser un mimo, un gato, un presidente, lo que sea. Pero no solamente rueda, sino que no para de rodar, nadie lo puede parar, quiere hacer algo, y nadie podrá detenerlo. Los Rolling Stones nos han demostrado eso en 49 años de carrera, nunca han parado de rodar

jueves, 22 de septiembre de 2011

EN ESTE PAÍS LA CULTURA ES ALGO PARA UNOS POCOS



Varias sillas,  mesas redondas y brillantes dejaban a la imaginación  del espectador todo tipo de pensamiento frente a lo que sería un verdadero cabaret nocturno reflejando a la vez el escenario completo del show  que mostraría Casa Ensamble, Martini blues cabaret.

La gente comienza a llegar, pero  a medida que se van sentando uno por uno, noto  que son muy  pocos los jóvenes que asisten a esta obra musical; Comienzo a pensar  que  la falta de espectador se da porque era un dia entre semana, o, por que en nuestra sociedad, la cultura le llega a unos pocos, y algunos  simplemente prefieran ver Germán es el man que escuchar música de los años cuarenta durante dos horas y media.

Pero la lucha  de estos artistas por dar todo en un teatro vacío no fue para excusa para que las luces de color rojo se fusionaran con el escenario haciendo sentir al espectador  que más que estar en  una casa viendo una obra de teatro, se encuentra en una travesía de ritmos, arter,  música, danza y canción.

El centro del escenario comienza a tener vida propia, parece una pista en donde la mezcla   de armonía, con estilo,  aumenta cada vez más, es  como un  imán buscando la atracción del metal entre más complejo más atracción. Todo esto es  gracias al grupo musical que  más  que  acompañantes  son los verdaderos  protagonistas   del show. El escenario  se inyecta de pasión  por la música que reflejan estos hombres al  tocar, al coger el instrumento y convertirlo en su confidente, en su novia, en su amante, de cogerla con suavidad  y hacerla suya  por mucho tiempo. Los ojos de muchos de los espectadores reflejaban  que querían sacar a su pareja y moverse como una hoja en verano.

La música suena una tras otra, la calma se estaba aproximando, y el  volumen de cada una de las notas emitidas   comienza a bajar su sensación, pero así como había calma aparece de la nada  la fuerza de una  glamurosa y misteriosa mujer , percatándonos de ella  cuando se aproxima  en la culminación de unas grandes y largas escaleras, esta mujer nos recibe con un repertorio  que nos transporta a lo que suponíamos que eran los años cuarenta con  y  con su segura y fuerte voz nos dice ¡Señoras y señores bienvenidos  a Martin blues cabaret!. .

El misterio se sigue apoderando de todo el lugar, imagino que algunos esperaban la actuación de Natalia Bedoya, otros esperaban escuchar este género musical que no es concurrido por las calles capitalinas y algunos porque se habían ganado entradas para entrar  a esta obra musical

Esta mujer glamurosa  acaba su momento de fama  y sube las escaleras  llevándonos a un espectáculo que no sabríamos sin tendría  fin, los espectadores sabían  que el entretenimiento no acababa en tampoco  tiempo, y es cuando  de  la  nada se oye una suave voz, una voz que pone la piel de gallina; este vozarrón  sale de una puerta  escondida  que no  es vista por muchos, una voz  que no para y sigue  cantando y es  ahí cuando las venas del cuello se brotan como si estuviera inyectada de una droga de fuerza que mata a la gente. Mi oído se inyecta de esta droga cuando escucho una canción Frank Sinatra interpretada por  Natalia Bedoya.

Se ve la facilidad que ella tiene al seguir con la misma  entonación  sin perder la voz, sin respiro alguna cuando sube y baja las escaleras del cabaret,  igual hace su majestuoso esfuerzo para que se vea la preparación intacta no solo en el escenario musical sino  en su    actuación  como  cantante.

 Mi compañero de  mesa, una hombre aproximadamente de 45 o 50 años  edad no deja de asombrarse  con la voz de esta mujer envolviéndolo  en una remolino que lo conduciría a un clímax personal,
, ve que lo estoy observando, me mira y mira las alitas de pollo que estaba comiendo, vuelve y me mira a los ojos  diciéndome ¡esto me llego al corazón!. Mi impresión no se hizo esperar, pensaba que  los hombres que iban era por ver a esta joven cantante- actriz moverse como una serpiente de un lado a otro pero me equivoque, volví a ver todo el escenario  y fue ahí donde sentí  que la gente que iba como espectadora  iban por que le gustaba verdaderamente este show. Sigo observando y me percato de que las personas que  estaban en mi mesa  al igual que la persona que me acompaño estaban hipnotizadas con esta obra, parecían  perros guardianes en donde  el perro mayor les daba la orden de no perderlo de vista y ellos lo hacían con la única diferencia que  cuando se manipula a una manada no importa la edad, y en ese caso aunque no importa la edad, se notaba que  los jóvenes no gustan por este género musical.

Cambio de luces. Cambio de música. El tango comienza ahora su show, pero antes de eso el jazz sigue en su mayor esplendor, baja una mujer  acróbata en tela y  se desliza hasta llegar a la pista central,  sus movimientos  y su cuerpo  escultural comienza a deslizarse por algunas mesas haciendo sentir  a algunos hombres parte de un verdadero cabaret. Todos estaban emocionados por esta mujer, pero yo quería saber verdaderamente que se sentía el tener  la pasión por este  género musical, me concentro en la música y veo al grupo tocar, cierro mis ojos  y comienzo mi propio sueño, en donde su atracción central estaba dado por la escucha de cada una de las notas que emitía esta banda, afino mi oído  y me dispongo a no pensar sino a sentir  por mis poros  esta suave música.

El tango  no se hizo esperar,  y como su tema  principal era el amor, la mezcla entre los dos cuerpos y armonía mostraban la atracción y la suavidad con que se debe bailar este tipo de música, la suavidad que se debe tener para no dejar perder  el hilo  de la pareja ni de la melodía, ni muchos menos  perderse sino que envolverse en pasos fino  y complicados llevándolo a un sueño que se esfumaría en cualquier momento.

No quería que se esfumara ese momento ya que sentía  en mis venas ese gusto por ese tipo de música, no quería cerrar mis ojos pero me quería ver en esa mujer, quería verme  bailando tango, bailar al compas y estilo de Carlos Gardel, quería verme bailando con el ser que me envuelve no solo  en atracción sino que me envuelve con sus manos y me lleva al compas de la música.

Pero es ahí cuando  se quiebran mis ojos, cuando todos en el escenario hacen un repertorio, siento que dos horas y media  se pasaron velozmente, y es ahí cuando entendí la mirada  de cada uno de los espectadores por no perder de vista cada momento y plano de lo que sucedía.

Se acercan al escenario cada una de las personas que tuvieron algún papel en la obra  y es ahí cuando  el publico entendió que se acabo por completo, que no habría más música, que no habría más vozarrón, que no habría más show de amor en donde la  mujer se convertía en muñeca y el hombre la perdía, que no habrían mas  canciones de 
Frank Sinatra o Ella Fitzgerald.

Y comprendo que el tiempo de espera  no fue en vano  y las felicitaciones no se hicieron esperar pero fue así  como cada uno de los aplausos  que se sentía se iban agotando y se iban perdiendo escuchando el agotamiento de la manos por seguir profesando felicitaciones, se podía ver  el cansancio  de cada uno de los protagonistas, pero ellos lo disimulaban  ya que profesaban la satisfacción de haber realizado  de nuevo el mismo show con el mismo profesionalismo.

Se cogen de la mano y hacen la reverencia, vuelven y miran al público pero deberíamos ser nosotros los encargados que hacer una reverencia ya que gracias a ellos  estamos recordando música que  se ha perdido y se ha esfumado. La gente se levanta y comienza a salir por esa escalera que nos mostraron en un principio  que seguiría la obra y que no tendría fin.